Plan Comarcal de Prevención de Adicciones: Alcohol y embarazo
Existen muchos mitos acerca de los beneficios de consumir alcohol durante el embarazo; estos mitos son creencias falsas, como “por una cerveza o copa de cava estando embarazada, no pasa nada”, “beber cerveza favorece la producción de leche materna”... Es importante desmontar todas estas creencias debido a las consecuencias de llevarlas a cabo.
El consumo de alcohol durante el embarazo es un factor de riesgo elevado para el desarrollo fetal incluso durante toda la vida del bebé, llegando a provocar secuelas físicas, mentales y motoras en la infancia y adolescencia.
Estas secuelas relacionadas con el consumo de alcohol durante el embarazo son variadas en intensidad y tiempo, el daño dependerá de la cantidad y de la frecuencia de alcohol que se haya ingerido durante el embarazo y del momento del embarazo. Por eso, cuánto más alcohol se consuma mayor es el daño que se puede ocasionar. Actualmente no se puede garantizar que el consumo en dosis pequeñas o de vez en cuando no conlleve riesgos para el bebé.
El alcohol consumido por la mujer embarazada afecta al bebé porque atraviesa la barrera placentaria que lo protege, de forma que, al cabo de una hora del consumo, madre y bebé tienen la misma concentración de alcohol en sangre.
Vamos a ver en qué medida afecta al bebé dicho consumo de alcohol en las diferentes etapas de desarrollo:
-Durante el embarazo, la vulnerabilidad del cerebro en desarrollo es tal que este consumo es la primera causa no genética de retraso mental en niños y niñas, además de provocar problemas y malformaciones en órganos (corazón, riñones, tubo digestivo, extremidades, etc) dependiendo de cual se esté desarrollando en ese momento del embarazo.
-En el nacimiento, estos niños pueden nacer con rasgos faciales alterados (cabeza pequeña, ojos pequeños y rasgados con pliegues característicos, maxilar superior pequeño...), y retraso psicomotor con un grado de afectación de moderado a grave.
-Durante la infancia y adolescencia pueden aparecer alteraciones del desarrollo y comportamiento tales como trastorno por hiperactividad, problemas de memoria, lenguaje, coordinación, adaptación social, etc...
También existen algunas falsas creencias en relación a la lactancia como que “el alcohol aumenta la leche materna y mejora su calidad” y que también comportan un claro perjuicio para el bebé. No solo es peligroso porque el alcohol pasa a la leche materna y es como si el bebé lo consumiese directamente, sino que además el consumo de alcohol durante la lactancia podría reducir la cantidad de leche que la madre produce.
El cuidado de la mujer embarazada es responsabilidad de todo su entorno, siendo fundamental mostrar apoyo y solidaridad en sus cuidados para el mantenimiento de sus hábitos saludables.
*Extraído de www.sanidad.gob.es