Plan Comarcal de Prevención de Adicciones: Contra tu voluntad
La escopolamina o burundanga, la droga que anula la voluntad, es una sustancia química que está asociada a la delincuencia y al crimen. Una sustancia peligrosa que se emplea fundamentalmente para hacer daño a los demás, mayoritariamente agresiones sexuales a mujeres y robos.
Es una sustancia que produce desinhibición y crea amnesia completa o parcial, resaca desproporcionada, parálisis sin pérdida de conocimiento, alteración del habla, mareo o vértigo, alteraciones visuales de la motricidad o del equilibrio, somnolencia, nauseas o vómitos, confusión, comportamiento inusual…
Se ingiere sin ser percibida, oculta en bebidas, o incluso se inhala, soplada en la cara. Una de las formas más usuales es por vía oral. Se suele presentar como un polvo fino y cristalino, de color blanco. No expide ningún olor y tiene un sabor amargo.
Estas drogas desaparecen rápidamente del organismo y son difíciles de detectar en análisis.
Las principales señales de alerta de una agresión por sumisión química:
- Apareces en un sitio desconocido sin saber cómo has llegado.
- Te falta ropa o la tienes mal puesta.
- Tus amigos te cuentan que te has comportado de forma rara.
- Te encuentras mal, con una resaca y dolor de cabeza mayores de lo habitual tras unas copas.
- Tienes más sueño y cansancio de lo normal después de salir por la noche.
- Tienes lagunas al recordar lo sucedido en las horas anteriores.
- Tienes dolor genital.
Los delitos más frecuentes son de índole sexual, y la víctima es mayoritariamente una mujer joven menor de 30 años.
Las víctimas se encuentran en un estado de confusión, se enfrentan al drama de no ser creídas, se sienten culpables, con el añadido de que no presentan lesiones genitales porque la droga anula la resistencia.
Ante la más mínima sospecha, es importante acudir cuanto antes a un centro de salud y denunciar los hechos a la policía. El tiempo es oro, porque muchas de las sustancias empleadas se metabolizan muy rápidamente y acaban siendo indetectables.
La realidad es que la incidencia de delitos en los que se está utilizando estas sustancias se está incrementando peligrosamente y cada vez hay más casos de abuso sexual ligados a la administración de escopolamina o burundanga.
“Nadie tiene derecho a hacer contigo nada que tú no sepas ni nada que tú no quieras”.
