Un viaje a Milán como premio a un año de esfuerzo
Después de haber realizado en sus respectivos municipios más de 100 actividades, algunas recaudatorias y otras con un fin más social, los 69 jóvenes y 7 monitores que han participado este año en el proyecto ‘Andiamo a Milano’ del Servicio Comarcal de Juventud emprendieron su viaje a la ciudad italiana.
Y es que, un año más, los jóvenes consiguieron autofinanciar su viaje gracias al esfuerzo realizado durante todo 2022 y tras dos años sin haber podido participar en este proyecto debido a la pandemia.
Visitaron Milán en tres jornadas. Tras la llegada y la instalación en el hotel el lunes 26 de diciembre pudieron dar un paseo antes de cenar en el centro de la ciudad.
El martes 27 madrugaron para visitar el centro monumental de Milán. La mañana fue para el Duomo y alrededores, y la tarde para el Castello Sforcesco y sus museos y el parque Sempione. La noche la dedicaron a pasar al barrio de Porta Venecia.
El miércoles 28 disfrutaron del segundo día completo en Milán con un montón de actividades diferentes, como una ruta turística en bus para visitar el hipódromo, San Siro, la Estación Central... Después, parada obligatoria en el teatro de L' Scala y, por la tarde, visita al Museo de Ciencia y Tecnología Leonardo Da Vinci. Para acabar la jornada, dieron un paseo por el barrio de Navigli.
El jueves 29 se desplazaron hasta la bonita ciudad de Bérgamo, donde pudieron visitar su zona medieval. Después de comer, regresaron a Milán y disfrutaron de una tarde libre en la que pudieron realizar compras y empaparse del ambiente navideño de la ciudad.
El día 30 por la mañana, con las maletas ya preparadas, aún tuvieron tiempo de visitar dos puntos de interés cercanos al hotel en el que se encontraban hospedados: el cementerio monumental y el característico Barrio Chino. Después de comer, el gran grupo se tuvo que dividir, ya que la logística del viaje había hecho que fuera imposible regresar a Barcelona todos juntos: 46 personas se desplazaron hasta la ciudad de Bolonia a coger el avión y las otras 30 volaron directamente desde Milán.
Eso sí, una vez en Barcelona, se reagruparon para coger el autobús de regreso a la Ribera Baja, donde llegaron con las pilas cargadas por la experiencia y a tiempo de celebrar en sus municipios la entrada en el nuevo año.
