La Ribera Baja, pendiente del aguante de la mota de Pina

La riada ordinaria del Ebro que mantiene en vilo a la ribera atravesó anoche el término municipal de Zaragoza sin dejar daños materiales, aunque alcanzó un caudal de casi 1.300 hectómetros cúbicos y una altura de más de seis metros. Ahora la atención se centra en la Ribera Baja, especialmente entre Pina y Quinto, pues una mota aún en obras desde la última avenida podría desbordarse durante la noche.
En la capital aragonesa el cauce asumió sin demasiados problemas toda la avenida del río, especialmente en la problemática zona de La Almozara o la urbanización Torre Urzaiz de Movera, que según fuentes municipales no sufrieron las habituales inundaciones que suelen afrontar en este tipo de episodios. El departamento de Protección Civil tampoco activó ningún procedimiento especial y los bomberos fundamentalmente atendieron avisos relacionados con los árboles derribados por el destructivo vendaval del lunes.
Más complicada se presenta la jornada en la zona baja del Ebro si la mota en obras de Pina de Ebro no logra retener la crecida. La alcaldesa del municipio, Marisa Fanlo, indicó que por problemas con los permisos ambientales los trabajos no se pudieron acometer hasta el pasado mes de enero y que en esto momentos aún no han terminado las obras de consolidación. "A última hora de la tarde todavía se trabajaba en un refuerzo con gravas", indicó. En Quinto también esperan la llegada con inquietud, pues las filtraciones que ya han tenido lugar por la mota en obras ya se notan en el término municipal. "En circunstancias normales el caudal previsto no tendría que alarmarnos", matizó anoche el alcalde, Jesus Morales.
BALANCE Aguas arriba de Zaragoza ayer era una jornada para hacer balance. Según los datos proporcionados por el sindicato UAGA, en los últimos días han quedado anegadas mil hectáreas de cultivo, aunque hasta que no se retire el agua no será posible precisar el daño, según afirmó ayer el secretario general del sindicato, José María Penella, tras reunirse con el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Raimundo Lafuente.
Penella también incidió en la necesidad de continuar con la limpieza del río y destacó que no basta únicamente con construir motas para evitar los destrozos generados por las avenidas. En todo caso, desde el sindicato agrario consideran que en el último año se ha realizado "un buen trabajo".
Las previsiones para los próximos días son positivas y los caudales muestran tendencias descendentes, aunque las últimas precipitaciones en la cabecera del Ebro, todavía débiles, podrían mantener las aguas algunos metros por encima de lo habitual. La CHE espera que el caudal de los afluentes del tercio norte de la cuenca del Ebro deje de descender y se estabilice en valores inferiores a los actuales mientras que en el tramo medio del río Ebro el caudal se mantenga entre los 600 y los 800 metros cúbicos.
D.Chic. Publicado en El Periódico de Aragón el 3/3/2016