La DGA relaja las restricciones según el grado de incidencia de cada provincia
La consejera de Salud, Sira Repollés, ha vuelto a comparecer ante los medios este miércoles 24 de febrero para anunciar la relajación de algunas de las restricciones en vigor hasta ese momento.
Tanto el confinamiento perimetral de la comunidad autónoma de Aragón como el confinamiento perimetral de las tres provincias continuarán en vigor hasta nueva orden, aunque el toque de queda se alarga de las 22 a las 23 horas y las agrupaciones máximas permitidas entre personas no convivientes pasa a ser de 6 personas en exteriores y de cuatro personas en el interior de bares y restaurantes.
Además, dentro de cada una de las tres provincias se relajan las medidas en función de su grado de incidencia. Así, desde las 00:00 horas del 25 de febrero, en la provincia de Zaragoza las actividades no esenciales podrán permanecer abiertas hasta las 20.00 horas durante los siete días de la semana (hasta ese momento tenían que cerrar a las 18 horas los viernes, sábados y domingo). En la provincia de Huesca el cierre de todas las actividades no esenciales se alarga hasta las 22 horas de lunes a domingo, y en la provincia de Teruel, la que se encuentra en peor situación, el horario de la actividad no esencial se amplía a las 20 horas de lunes a jueves, pero continúa siendo a las 18 horas los viernes, sábados y domingos. Además, se desconfina perimetralmente Alcañiz, pero continúa el confinamiento perimetral de la ciudad de Teruel.
La consejera ha explicado que los datos se irán revisando y las medidas seguirán relajándose o endureciéndose en función de los mismos. También ha reconocido que se tardará todavía un tiempo en normalizar la situación de las ucis y ha apostado por bajar lo máximo posible la utilización de las mismas para tener capacidad de reacción ante una posible quinta ola. De hecho, la ocupación en las unidades de cuidados intensivos en Aragón es elevada desde el pasado mes de agosto. Los hospitales de la Comunidad están muy tensionados y los profesionales sanitarios alertan de que la situación no va a cambiar hasta que los mayores de 60 años estén vacunados. Incluso hay centros que en esta cuarta ola están registrando niveles de mortalidad similares a los de la primera, y las estancias en las ucis siguen siendo largas.