La noche del 14 al 15 de marzo, tras decretarse el Estado de Alarma en España, Lorena Leyva, vecina del pueblo sevillano de Castilleja de la Cuesta, apagó al tele y su puso a llorar. Un rato después, pensó que si se hundía estaba perdida. Y se puso a hacer lo que más le gusta: coser. “Cosí un corazón para mi médico. Pensé en los sanitarios y en la situación en la que estaban los hospitales. Y de ahí salió la idea de mandarles mensajes de ánimo y gratitud, y se me ocurrió el nombre de ‘Corazones con bata’. Luego, al día siguiente, me di cuenta de que no solo los sanitarios están en primera línea, así que, aunque ya no quise cambiarle el nombre, pensé en la manera de proyectar esperanza a todos aquellos que estaban desarrollando una labor esencial”, explica Lorena.