Un lugar para quedarme’ lleva a Javier Zapater este miércoles (21:35 horas) hasta Pina de Ebro. A 40 Km de la capital aragonesa, este municipio de la Ribera Baja tiene hasta cuatro fiestas declaradas y una plaza donde se desarrolla buena parte de la vida. Allí, en el quiosco, Javier conocerá a varias vecinas que le descubrirán que la bici es el principal medio de transporte en la localidad.

Tanto usando la bicicleta como caminando por el pueblo es fácil encontrarse con un mural ilustrado por la pinera Sabina Blasco, en el marco del proyecto Rayuela que impulsa el Servicio Comarcal de Cultura. El padre de Sabina, el naturalista Javier Blasco, enseñará a Javier cómo recolecta muestras para sus investigaciones en el parque que lleva su nombre.

Y no en el parque, pero sí en el campo, Javier se encontrará con Pablo, para conocer su papel en la comunidad de regantes y la historia de cómo descubrió una profesión que le apasiona.

En cambio, Cristina, convirtió su pasión en su profesión. Montó una repostería en Pina de Ebro, donde nació y donde recupera recetas tradicionales.

Eva y Carmen son dos hermanas que han continuado con la tienda familiar que abrieron sus abuelos. El género que venden ha cambiado, pero no las ganas de seguir dando ese servicio en su pueblo.

Una exposición de fotografía y un taller del grupo literario de Pina de Ebro en el claustro del convento franciscano llevará a Javier a conocer a José Manuel y a Arrate. La literatura ha jugado un papel importante en la relación entre ellos y el pueblo.

Una relación muy buena es la de Carmen y Victoria con sus alumnos de la escuela de adultos. Hasta compiten en torneos de tangram, juego en el que Javier participará esta noche.

Por su parte, a José Luis, Ignacio y el resto de los danzantes lo que les une es su dance y el orgullo de representar a su pueblo con él. Javier se unirá a ellos en el paloteado.

En el CEIP Ramón y Cajal trabajan un sistema de enseñanza sin libros. Ana, directora del centro, está encantada de poder trabajar en su pueblo.