Las voces femeninas de la cuarentena: “Hay mucha gente que se ha lanzado a ayudar sin que nadie se lo pidiera”
La pandemia ha paralizado nuestra vida de puertas hacia afuera. Pero de puertas hacia dentro seguimos viviendo, sufriendo, trabajando, educando y preocupándonos por una situación que le ha dado un vuelco a nuestra rutina.
En zafarache se nos ocurrió que era buena idea acercarnos un poco a esa nueva rutina de la cuarentena a través de testimonios directos de vecinos de la comarca. Por eso, decidimos buscar a una persona de cada uno de los 10 municipios, pero también queríamos que nos contaran su historia desde perfiles diferentes: personas que vivieran en familia, que vivieran solas, autónomos, amas de casa, personas con hijos de diferentes edades, personas que desarrollaran trabajos esenciales e insustituibles en estos días… Y, así, aunando todo esto, han salido estas entrevistas, que pretenden acercar esa nueva rutina y reflexionar sobre cómo nos cambiará la pandemia.
Esperamos que os gusten y agradecemos de corazón la conversación con todas y cada una porque fue un baño de realidad y, a la vez, un chute de energía. ¡Gracias por ser como sois!!
Hoy os dejamos la entrevista de Esther Lahoz, de Cinco Olivas, que ha pasado todo el confinamiento atendiendo a los más vulnerables en sus casas y por teléfono, dentro del Servicio de Ayuda a Domicilio de la Comarca.
Esther Lahoz vive en Cinco Olivas con su marido y sus dos hijas de 15 y 18 años. Es una de las valientes que trabaja en el Servicio de Ayuda a Domicilio de la comarca (SAD), un servicio que está desarrollando una labor esencial durante esta crisis, atendiendo a las personas con más riesgo de contagio e intentando que su día a día sea un poco más fácil. Además, junto a su hermano Dani, es gerente de Limpiezas Goya, una empresa de limpieza que trabaja tanto para particulares como para empresas e instituciones en varios municipios de la comarca.
¿Te esta costando mucho pasar en casa todo el tiempo que no estás trabajando?
Soy muy casera, así que en general no. Aunque echo de menos productos que de normal no echaría, como palomitas para ver una película, patatas fritas para tomar un vermú o una cerveza. Porque son cosas que de normal haría fuera de casa y ahora no puedo. Pero en general estoy bien porque en el pueblo somos unos privilegiados porque tenemos mucho espacio. Podemos salir al jardín o al porche a tomar algo y eso no tiene nada que ver con un piso. Mis hijas son adolescentes y las dos están separadas de su novio, pero lo están llevando bastante bien porque son muy conscientes de que no se puede salir.
Tu trabajo es de vital importancia siempre, pero en estos días más si cabe. ¿Cómo ha cambiado al SAD la pandemia?
Se eliminaron las limpiezas a las casas por el peligro a contagiar el virus nosotras. Los levantamientos a los ancianos se mantienen y se ha creado un servicio de teleasistencia para llamar a todas las personas que tenemos constancia de que viven solas. Les preguntamos qué tal están y también nos ofrecemos a ir a comprar o a hacer cualquier cosa puntual que necesiten, como puede ser ir a la farmacia. El SAD está haciendo un papel muy bueno, pero también es mucha la gente que se ha lanzado a ayudar porque quería hacerlo, y yo creo que esa es la parte positiva de todo esto.
¿Qué medidas de precaución se han tomado en el trabajo diario del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD)?
Las trabajadoras nos lo tomamos muy en serio porque tenemos miedo, sobre todo a contagiar. La comarca ha comprado más vestuario y también ha habido muchas donaciones de delantales, pantallas y mascarillas. Estamos muy bien preparadas, pero gracias a lo que se ha comprado y donado. Afortunadamente, esta comarca a los servicios sociales los tiene muy arriba, así que no sabemos lo que hubiera pasado si no se hubieran tomado estas precauciones y si no hubiéramos ido equipadas. La precaución es un valor y se tomaron medidas desde el minuto uno, no solo de protección, sino también de atención, con el servicio de teleasistencia. Son llamadas que la gente agradece mucho y es muy importante psicológicamente que sepan que pueden recurrir a alguien. También comenzó a funcionar una lavandería aquí en Cinco Olivas, para lavar todas las semanas la ropa de las auxiliares a alta temperatura.
¿Y tu empresa de limpieza cómo está afrontando la situación?
La empresa de limpieza no está perdiendo tanto, vamos a bajar en ingresos, desde luego, pero al menos no estamos cerrados. Hemos perdido los colegios y hemos hecho un ERTE, pero no es un sector de los más perjudicados, porque la limpieza hay que seguir haciéndola. Aunque eso no quita para que vaya a haber empresas de limpieza que se vayan a ir a pique.
¿Qué es lo que más te preocupa de esta situación?
Que vamos a salir con mucho miedo y no se nos va a ir de la noche a la mañana. También me preocupa que va a haber mucha gente que va a caer. A todos nos afecta esta crisis, pero, como siempre, a unos más que a otros.
¿Has pensado en lo primero que vas a hacer cuando se levante el confinamiento?
Me apetece ver gente, sobre todo a todos los que no puedo ver ahora. Pero tengo suerte de estar los cuatro juntos en casa y realmente me siento una privilegiada porque estamos juntos y sanos. En estas circunstancias me acuerdo mucho de las mujeres maltratadas y de la gente que esté viviendo situaciones complicadas dentro de su casa, como divorcios, por ejemplo.
¿Crees que aprenderemos algo de todo esto?
No lo sé, porque somos muy egoístas, pero ojalá. Ojalá sirviera para reforzar los eslabones más débiles.