La ‘Subida al poyo’ se convierte en cita ineludible de la BTT
El pasado 18 de septiembre se celebró por sexto año consecutivo la Subida al Poyo en Alforque. Las expectativas no fallaron y más de 220 corredores se dieron cita en esta prueba de BTT que, año tras año, se va afianzando en el calendario ciclista.
Los dorsales comenzaron a repartirse a las 8 de la mañana y la salida se produjo a las 9 de la mañana.
La prueba, que acoge en la localidad de Alforque a participantes de todo Aragón, tuvo la suerte de poder contar este año con el corredor Diego Tamayo, campeón de la Titán Desert y la Titán Tropic y otras grandes pruebas MTB.
Además, en esta edición, el encargado de cortar la cinta de salida fue Javier Giménez Lisbona, vecino, amigo de Alforque y uno de los patrocinadores de la prueba.
La salida consta de dos recorridos, uno de 40 y otro de 70 kilómetros. En ambos, los ciclistas pedalearon juntos hasta el primer avituallamiento, que estaba situado en la localidad de Alborge. Allí, voluntarios alforquinos y alborginos ofrecieron a los deportistas un tentempié para recobrar fuerzas.
El primer corredor masculino del recorrido corto en pasar por línea de meta fue Juan José Figueroa Mariño y del recorrido largo Isaac Gutiérrez Royo.
En la página web www.subidaalpoyo.com se pueden descargar ya los tiempos e informarse de todo lo relacionado con esta salida BTT que cada año atrae a más aficionados y que se vive como una auténtica fiesta.
Este año, debido a las fuertes rachas de viento, la llegada tuvo que instalarse en la Plaza Mayor de Alforque. Allí esperaron a los ciclistas vecinos de Alforque, acompañantes, familiares de los participantes y muchos vecinos de los pueblos de la comarca, que no quisieron perderse esta VI edición de la Subida al Poyo.
Para hacer tiempo, se pudieron degustar tortillas de patata que los vecinos de la localidad habían preparado para agasajar a los ciclistas, jamón serrano al corte, sidra y una riquísima salchicha gigante; otros voluntarios se ocuparon de los serpentines de cerveza y los refrescos. Mientras tanto, una paella gigante se estaba cocinando en el pabellón para más de 400 personas.
Como cada año, a cambio de los dorsales, la asociación cincopuntocien, organizadora del evento, regaló una bonita camiseta conmemorativa de la prueba.
Los ciclistas tuvieron a su disposición las duchas y la piscina municipal, donde pudieron refrescarse y asearse.
Además, los que lo desearon pudieron disfrutar en la plaza también de una master class de zumba.
La asociación cincopuntocien no puede dejar pasar la ocasión para hacer público su enorme agradecimiento por toda la colaboración desinteresada a vecinos y amigos que, año tras año, se vuelcan con la prueba, a todas las empresas patrocinadoras, al ayuntamiento de la localidad y a la Comarca Rivera Baja del Ebro.
Con energías renovadas, la organización ya está pensando en la VII edición. La alegría de este día, el deporte, el compañerismo, la ayuda desinteresada, la convivencia y la fiesta son los ingredientes que alimentan el deseo de seguir trabajando para conseguir que la prueba pueda celebrarse cada año con más éxito.
Elena Elías
Aficionados con el corredor Diego Tamayo
Master Class de zumba
Avituallamiento en Alborge
Ciclistas en la calle Mayor de Alforque
Corte de cinta por Javier Giménez Lisbona
Equipación maillot Alforque
Autor fotografía: Luís Juan Velilla
Paella para los participantes
Voluntarios del avituallamiento