El Ebro arrasa la huerta de la Ribera Baja

La punta de la avenida llegó ayer a Zaragoza, pero fueron sobre todo las tierras de cultivo de la Ribera Baja las que sufrieron con mayor intensidad el desbordamiento del río, que se expandió por ambas márgenes tras rebasar o destruir los diques levantados en las orillas.
Miles de hectáreas de alfalfa y cereal quedaron sumergidas bajo el agua en las localidades ribereñas, desde El Burgo de Ebro hasta Pina de Ebro, donde sus 2.700 habitantes están preparados por si fuera preciso evacuar la localidad.
De hecho, 33 personas dependientes ya fueron evacuadas ayer a distintas residencias del IASS «de forma preventiva», según explicó la alcaldesa, Marisa Fanlo, que subrayó que «de momento, no se ha decidido realizar una evacuación general».
Fanlo subrayó que ayer se elevaron las cotas que protegen el casco de Pina tanto por el norte como por el sur, con el fin de evitar la entrada del agua.
Las comunicaciones también se vieron afectadas. No solo se cortó la carretera que une Pina de Ebro con la N-232, algo que supone una grave afección para los trabajadores que la usan a diario, sino que además Renfe cortó el tráfico de trenes a la altura de Quinto en torno al mediodía, debido a que se había encharcado un tramo de vías. En alguna parte han quedado las traviesas y raíles suspendidos en el aire pues el agua ha arrastrado toda la piedra donde asienta.
La llegada de la punta máxima de la crecida está prevista para esta tarde. Quizá no sea una punta que aumente demasiado el caudal y altura del Ebro porque durante todo el día de ayer el nivel en Zaragoza fue muy constante. Aún así, el nivel del río será extremadamente alto en las próximas horas, por lo que se recomienda extremar la precaución y estar pendiente de las indicaciones que se realicen desde los ayuntamientos.
Ayer fue rescatado por la tripulación de un helicóptero de la Guardia Civil un hombre que había quedado aislado en su propiedad, en Fuentes de Ebro. En la intervención tomaron parte también miembros de los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas de la Benemérita (GEAS).
Tras el paso por la Ribera Alta y Zaragoza, el foco de la actividad está centrado ahora en la Ribera Baja, sobre todo en Pina y Quinto. Ayer, ya se concentró un fuerte dispositivo de protección destinado a reforzar las motas del río y a evacuar a los habitantes en caso de necesidad. Sus componentes realizaron en la mañana de ayer un simulacro de desalojo con el fin de localizar las viviendas donde residen personas enfermas y con problemas de movilidad.
«Somos en total medio centenar de voluntarios», explicó David, un miembro de Protección Civil de la Ribera Baja. «Nuestro papel consistirá en ir de calle en calle avisando a la gente de que es preciso dejar las casas y cada voluntario tiene asignada una calle o zona concreta», añadió.
Sobre las 13.00 horas, el nivel del Ebro a su paso por Pina era de 4,9 metros, una altura suficiente para inundar la arboleda que separa las casas de la orilla del río.
«No sé si al final nos tendrán que evacuar», manifestó Ángel Portolés, un jubilado que se acercó al río para ver la riada. «Esta riada no parece tan fuerte como la de hace tres años», indicó. Muchas personas compartían su punto de vista. El propio consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, reconoció que se trata de una crecida caracterizada por su «lentitud», circunstancia que está permitiendo controlarla relativamente.
Claro que este avance más lento no ha impedido que en la Ribera Alta ya hayan quedado destruidas 2.300 hectáreas en las poblaciones de Novillas, Pradilla y Boquiñeni. En la Ribera Baja todavía no se ha hecho una valoración, pero Rafael Abenia, concejal de Agricultura de Quinto, subrayó que las pérdidas serán «muy elevadas». «No se ha limpiado el río y estamos pagando las consecuencias», denunció.
«Los agricultores no tenemos tiempo de recuperarnos, se producen avenidas muy seguidas», explicó. Hasta el punto, manifestó, de que tiempo atrás el Ayuntamiento de Quinto decidió costear la construcción de una mota de ocho kilómetros para proteger la huerta de la localidad.
El Periódico de Aragón