El Gobierno central destina 120 millones al Plan de Riesgo de Inundaciones en la cuenca del Ebro
La cuenca del Ebro ya tiene el Plan de Gestión de Riesgo de Inundaciones que tanto esperaban los núcleos ribereños.
El Gobierno en funciones lo aprobó el pasado viernes 15 de enero en Consejo de Ministros con una financiación de 118,91 millones de euros, lo que representa un 17% del total de 700 millones que el Estado destinará a la prevención de crecidas en el conjunto de las doce demarcaciones hidrográficas en la que es competente.
La titular de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, destacó que estos planes son "la herramienta fundamental para reducir los daños que provocan las inundaciones" y que gracias a ellos España "culmina el proceso para implantar la Directiva de Inundaciones de la Unión Europea". Tienen una duración de cinco años, hasta 2021, y se coordinan con los planes hidrológicos aprobados la semana anterior por el Consejo de Ministros, entre ellos el de la demarcación hidrográfica en la Comunidad aragonesa.
Tejerina subrayó que las mil medidas del Plan están "diseñadas para anticiparse" a los efectos del cambio climático y en especial a crecidas como las vividas hace un año en la ribera del Ebro. El documento se estructura en cuatro fases: de prevención, protección, preparación y recuperación, si bien el presupuesto de esta última "dependerá de los daños que en un futuro se produzcan".
Así, los casi 120 millones para la cuenca del Ebro se repartirán en un 43% a la fase de protección, mientras que un 35% servirá para la fase anterior, de prevención. Con respecto a las tareas de preparación, contarán con el 23%. El dinero saldrá de la inversión de 17.500 millones de euros ya aprobados la semana anterior en el marco de los planes hidrológicos entre 2016 y 2021.
Tejerina tampoco quiso olvidarse del "apoyo mayoritario" que los diferentes Planes de Gestión de Riesgo de Inundaciones han recibido por parte del Consejo Nacional del Agua, con "más del 95% de los votos a favor y con el apoyo de todas las Comunidades Autónomas, usuarios del agua y organizaciones profesionales y económicas". Los informes también fueron favorables por parte de la Comisión Nacional de Protección Civil y de los Comités de Autoridades Competentes en cada demarcación.
La titular de Medio Ambiente dedicó parte de su intervención a describir con algunos ejemplos las cuatro fases que estructuran el Plan. Empezando por la fase de prevención, Tejerina destacó los estudios sobre los efectos del cambio climático y los programas de conservación y de mantenimiento de cauces, así como del litoral, si bien la ministra puntualizó que no se tratará de dragados.
En lo que respecta a la protección, se planifican proyectos como la restauración fluvial y actuaciones coordinadas con la gestión de las embalses. También se ha tenido en cuenta el levantamiento de estructuras de defensa.
La tercera fase de preparación está dedicada a la mejora de los sistemas de alerta meteorológica e hidrológica y al refuerzo de los protocolos de comunicación entre administraciones y sectores afectados. La estrategia se completa con acciones coordinadas entre la Unidad Militar de Emergencias y las distintas confederaciones hidrográficas.
Por último, el Plan contempla una cuarta fase de reparación, "a desarrollar siempre después de que se haya producido un episodio de inundación para restablecer en el menor tiempo posible la normalidad". En este sentido, se trata de medidas que no podrán financiarse con los fondos para el Plan de Riesgo de Inundaciones.
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