Víctor Tejel: “Me encantaría jugar en los Wikys antes de retirarme”
Víctor Tejel (Gelsa - 12/5/1981) es ya un emblema del Sala 10 Zaragoza y del fútbol sala aragonés, gracias a una dilatada trayectoria que se empezó a forjar en su Gelsa natal: "El Gelsa fue mi primer equipo. Pasé por todas las categorías inferiores hasta llegar al equipo senior que se llamaba Bar Paso, donde se comían los mejores bocadillos de calamares que he probado", recuerda Víctor.
Pero un 48 horas de fútbol sala le cambió la vida: "Domingo, que entrenaba al Caspe en Segunda División B, me fichó. Esa temporada, junto a más gente de la Ribera Baja como Adrián Martínez y 'Luchi', logramos el ascenso a la División de Plata".
Desde 1999 hasta 2006 estuvo en Caspe, hasta que el Sala 10 Zaragoza se hizo con sus servicios. Víctor hace el siguiente análisis de todos estos años en el equipo blanquillo: "El balance es positivo. Ha habido momentos de todos los colores, pero me quedo con lo positivo: las tres Copas de España en las que he jugado, los 'Play-Off' de Liga contra ElPozo Murcia, las semifinales de Copa del Rey contra Jaén...la verdad es que me siento muy afortunado de haber podido vivir todos estos años haciendo lo que más me gusta, participando en logros deportivos muy bonitos".
Ahora, con 38 años, Víctor reconoce -entre risas- que "el momento de la retirada está más cerca que cuando fiché por el Caspe", asegurando que no piensa en ello: "No es una cosa que me preocupe. El día que vea que no puedo competir por un puesto en el equipo daré un paso al lado, y entonces tomaremos la decisión que sea. Mientras tanto, disfrutaré".
Eso sí, Víctor aguarda un deseo antes de colgar las zapatillas: "Me encantaría jugar en los Wikys antes de retirarme. Todo el equipo son amigos y me están preparando el camino...Sería muy bonito jugar con ellos y cerrar el círculo dónde empezó todo".
Será entonces cuando Víctor vuelva a sentir sobre la pista el cariño que su pueblo ya le brinda cuando participa en algún amistoso con el Sala 10 en Gelsa: "Es una sensación muy fuerte... Pisar el pabellón de mi pueblo, en el que tantas horas he entrenado de pequeño, lleno de todas esas personas que conozco de toda la vida y que me transmiten todo ese afecto... La verdad es que esos son los momentos más bonitos de mi vida profesional".
Yeray Cortés González
