Rayuela recupera la memoria de las mujeres de Escatrón

“Águeda Ebro-Martín” fue el nombre de la mujer inventada por un grupo de mujeres de Escatrón que participó durante unas semanas en el taller que impartió Susana Blasco dentro del proyecto Rayuela, que se ha ido desarrollando durante la primera mitad de este año en varias localidades de la comarca. Una mujer que eran muchas, un nombre que era el de varias, un personaje ficticio que no era tan irreal porque era la suma de todas las personas -o de sus familiares- que participaron en el proceso de trabajo. Era, al fin y al cabo, la suma de la memoria y del pasado de cada una de ellas.
Susana Blasco es una artista integral, aparte de ser una creadora muy reconocida a nivel nacional. Por eso, diseñó este proyecto de principio a fin, donde lo importante ha sido todo el proceso creativo basado en la participación de mujeres. Durante dos sesiones de trabajo, un grupo de vecinas de Escatrón se reunió con la artista y los responsables del proyecto para compartir recuerdos, vivencias e historias emotivas, tristes, alegres o sorprendentes que surgían tirando del hilo de fotos familiares antiguas que, en muchos casos, tenían que ver, además, con lugares, celebraciones, oficios o personas del barrio.
Con todo ese repositorio de imágenes y de palabras, la creadora fue capaz de componer doce collages-murales que pueden verse en distintas paredes de varias calles del casco antiguo de la localidad. Unas composiciones que, además, fueron pegadas y colocadas por las propias mujeres el pasado 29 de marzo en los espacios elegidos de la localidad. Así, estos murales son la culminación de un proceso de diálogo que trae a nuestro presente una memoria que permanece viva a través de las mujeres que han participado en el proyecto. Una forma estupenda de recordarnos a todos, de rememorar lo que fuimos y sobre todo, de rendir un homenaje a todas esas personas que nos ayudaron a ser lo que somos.
Los murales irán deteriorándose con el tiempo y la climatología, pero los muros que los acojan se resignificarán temporalmente como espacios de memoria viva. “Será una instalación efímera que irá transformándose con el paso del tiempo, porque como decía Goya “el tiempo también pinta” y a mí me interesan mucho esos procesos de envejecimiento de las propias obras”, explica Susana Blasco.
El proyecto forma parte de “Rayuela”, un programa que empezó su andadura el año pasado y que está financiado por el Servicio Comarcal de Cultura. Durante el segundo semestre del año se tiene previsto actuar en Quinto, Velilla, Pina, Gelsa y Alforque, con cinco actividades también vinculadas a la memoria y a la fotografía.