Aprende a cuidarte: Tengo una lesión… ¿Qué me pongo? ¿Frío o calor?
Quisiera aprovechar estas primeras líneas para darte la bienvenida a la nueva sección de este nuestro periódico comarcal. En "aprende a cuidarte" estarás informado de todo aquello que te preocupa sobre tu salud. Dedicaremos estos párrafos a aportar soluciones, resolver dudas e inquietudes acerca de todo lo relacionado con la salud desde el punto de vista de la fisioterapia, la osteopatía y la naturopatía.
Hoy quisiera escribir sobre una duda que muchos de mis pacientes me reportan en mi día a día, y es: ante una lesión, qué me pongo ¿frío o calor? Cuando nos lesionamos o cuando nos duele algo, siempre hay alguien que nos recomienda ponernos calor y, de pronto, aparece otra persona que te recomienda que te pongas frío; ¿A quién hacemos caso? ¿Estamos haciendo bien? Aquí tenemos unos ejemplos para aprender a diferenciarlo.
CUANDO PONER FRÍO: el frío, aplicado a través de bolsas de hielo, baños con agua muy fría o sprays de hielo líquido, está indicado en las lesiones agudas, es decir, en aquellas que se acaban de producir o en los días siguientes a las mismas. Como mucho lo pondremos entre 10 – 15 minutos protegiendo siempre la piel con una toalla o una tela y haremos varias aplicaciones al día. El frío reducirá la inflamación y tendrá un efecto anestésico sobre la zona aplicada. Estas lesiones agudas son: esguinces, golpes, chichones, luxaciones, rotura de fibras musculares, tendinitis aguda, inflamación aguda (cursa con piel roja, caliente y con presencia de mucho líquido en la zona). Poner especial cuidado en proteger la piel, ya que podríamos sufrir una quemadura térmica, y no aplicar antes de hacer ejercicio, ya que podría anestesiar la zona y provocar o aumentar una lesión; ni aplicar más de 40 minutos, porque podría crearse una parálisis por frío.
CUANDO PONER CALOR: el calor, aplicado con almohadillas eléctricas, sacos de semillas, bolsas de gel, bolsas de agua o infrarrojos, está indicado en las lesiones crónicas o bien cuando ya ha pasado la primera fase de la inflamación. Al aplicar calor estamos produciendo un aumento de sangre en la zona, una disminución de la presión arterial y un efecto sedante debido a la relajación muscular y alivio de la fatiga muscular. Las lesiones en las que está indicado el calor son: Contracturas, torticolis, lumbalgias, cervicalgias, lesiones por esfuerzo, mala postura, rigidez tanto muscular como articular, artrosis, antes de entrenar (para aumentar la flexibilidad y evitar lesiones). Poner especial cuidado en no quemarnos, el calor ha de ser suave y agradable. No por ponerlo más intenso hace más efecto. Su aplicación será de 20-30 minutos como máximo.
Por resumir: el frío está indicado en lesiones agudas, que cursan con inflamación, rojez, tumefacción y dolor intenso. El calor lo aplicaremos en lesiones más crónicas que cursan con un dolor menos intenso, rigidez y aumento del tono muscular.
Si a pesar de todo tienes dudas, ponte en contacto con tu fisioterapeuta de confianza.
Si quieres realizar una consulta relacionada con la salud y quieres que te conteste en un artículo de zafarache, puedes hacerla escribiendo al e-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Pilar Jardiel, fisioterapeuta colegiada número 433