El gelsano Paco Leonat presenta “en estado de coma”

El pasado sábado 18 de junio, en la Sala de Exposiciones de la "Casa de Cultura" de Gelsa, el fotógrafo gelsano Paco Leonat presentó su último trabajo, "en estado de coma".
Abrió el acto Rosario Miguel, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Gelsa, que enseguida dio la palabra al protagonista de la tarde para que hablase de su obra. Paco Leonat, tras agradecer a los que habían colaborado para que esta exposición viese la luz y, por supuesto, a todos los allí presentes, explicó que este último trabajo ha nacido de la observación de la sociedad que le rodea, incapaz de reaccionar ante la injusticia que nos asedia. Personas de todos los ámbitos y estratos sociales o culturales que permanecen anestesiadas, o "en estado de coma", ante la sinrazón humana.
Inicia la exposición una imagen que reproduce los picos y valles de la frecuencia cardiaca monitorizada, igual a la que podemos ver en la UCI de cualquier hospital. Continúa una línea plana que advierte de la parada de las funciones vitales del paciente, o de su paso al "estado de coma", que es lo que da título a la colección. Una tétrica línea recta que nos lleva por el lado oscuro del ser humano. Durante el tránsito por ese "estado de coma", Paco Leonat muestra todas sus obsesiones, filias y fobias. A través de distintas fotografías y collages, en una colección de bella factura y meditada en los detalles, invita a reflexionar sobre nuestros miedos, vicios y adiciones. Nos habla del desastre medioambiental, representado en mares sangrientos y árboles que lloran ojos; De la pobreza y desigualdad que sufre el ser humano según en el lado de la moneda que le ha tocado al nacer; del machismo; de la violencia contra las mujeres; del fariseísmo; de la emigración; de nuestra doble moral, o doble cara;... Termina con una propuesta de esperanza que, mediante una composición naíf, invita a despertar a través de la inocencia y la frescura de la infancia, para que comiencen a surgir de nuevo los latidos del corazón.
Pedro M. Híjar