Las fiestas de Alborge de 2015, dedicadas a San Lorenzo, van a ser especialmente recordadas porque han incorporado nuevos actos al programa y por la estupenda participación en actividades y concursos; pero, sobre todo, por cómo se vivió la típica ronda jotera, cuando un problema importante, el pueblo se quedó sin luz, se convirtió al final en un aliciente añadido del acto.

El primer día de fiestas, el 7 de agosto, la salida de la ronda, a cargo de la escuela municipal de jota, se encontró con que no funcionaba el alumbrado público, y los vecinos tiraron de ingenio para alumbrar el camino y las paradas de los joteros con los faros de sus automóviles. Así, no solo se pudo celebrar el acto, sino que más de uno consideró que quedó muy bonito y recordaba a cómo se celebraba antaño la fiesta. Además, el suministro eléctrico volvió antes de medianoche, a tiempo para que se pudiera celebrar la verbena y la sesión de discomóvil.

Las celebraciones habían comenzado por la mañana con el disparo de cohetes y la salida de los cabezudos; seguida de un vermú con sidra y chistorra, con actividades infantiles, como un taller de pintacaras, para lo niños. De la misma manera, por la tarde los pequeños participaron en un concurso de disfraces mientras los mayores degustaban melocotón con vino en espera de la comentada ronda.

El sábado, se sucedieron durante el día varias competiciones: de pesca, de frontenis, una gymkhana infantil con bicis y concurso de tortillas. Fue también el día dedicado a los mayores del pueblo, con una misa y una merienda amenizada por la actuación de la escuela de jota y la jornada concluyó con una sesión de discomovil.

También el domingo, día 9, se sucedieron los concursos, con la novedad este año de un concurso de tapas. Pero resaltó sobre todo el concurso de disfraces previo a la sesión de baile por el trabajo e inventiva de los participantes. Así, los ganadores se atrevieron a recrear nada menos que los personajes del espectáculo musical "El rey león".

Ya el lunes, Alborge homenajeó a su patrón con una misa baturra con procesión y dedicó la tarde a una serie de características y divertidas competiciones. En la carrera de cintas, los participantes mostraron su habilidad para coger estas mientras pasaban en bicicleta sobre un tablón; en la de maletas, el reto era vestirse con la ropa de los equipajes que proporcionó la organización; y en la carrera pollera, los atletas no pugnaron solo por los primeros puestos, sino por ganar las primas que recompensaban a quien cumpliera los distintos retos planteados por el animador.

En el programa del martes, día 11, destacó otra novedad, ya que por primer año se programaron toros chiqui para los pequeños; un espectáculo que no solo tuvo muy buena acogida, sino que terminó animando también a los más mayores a demostrar sus habilidades. Después tuvo lugar el concurso de postres, que luego se rifaron entre los asistentes a la cena popular con la que el pueblo despidió sus fiestas.

El concurso de disfraces destacó por el trabajo e inventiva de los participantes

Procesión en honor a san Lorenzo