Las fiestas de Alborge de 2016, dedicadas a San Lorenzo, volverán a ser recordadas por la estupenda participación en actividades y concursos.

El primer día de fiestas, tras unas jornadas con actividades deportivas y talleres creativos para los más jóvenes, el 5 de agosto, se calentaron motores con los campeonatos de mus y poker y la disco móvil nocturna de Floid Maicas, que animó a los presentes hasta bien entrada la madrugada.

Al día siguiente, 6 de agosto, las celebraciones comenzaron por la mañana con el disparo de cohetes y la salida de los cabezudos; seguida de un vermú con sidra y chistorra. El campeonato de guiñote y la misa homenaje a los mayores precedió la siempre concurrida actuación del grupo de jota local y la disco móvil nocturna.

El domingo, 7 de agosto, se sucedieron durante el día varias competiciones: de pesca, de frontenis, de patacones, de parchís, una gymkhana para jóvenes y el II concurso de tapas. También la jota tuvo su hueco de nuevo, esta vez en forma de ronda nocturna.

También el lunes, día 8, se sucedieron los concursos, como el de tortillas, que alcanzó ya su cuarta edición. Hubo gymkhana infantil con bicis y, como novedad de este año, se celebró la I Feria Medieval con mercadillo, música y malabares, que transcurrió en un ambiente muy concurrido. Además, tanto la noche del lunes como la del día anterior, domingo, fueron muy animadas. La sidrería Begiris contrató un dúo con discomóvil que puso parte de la nota musical. La otra parte la puso 'la pachanga los artistas del premio', un grupo de jóvenes de la localidad que improvisó una divertida charanga con discomóvil a continuación que animó a la gente hasta altas horas.

Ya el martes, tras un día dedicado a las competiciones de frontenis, petanca, dibujo, rabino y play station, destacó de nuevo el concurso de disfraces, previo a la sesión de baile del grupo 'Magia Negra', por el trabajo e inventiva de los participantes.

El miércoles 10 de agosto, Alborge homenajeó a su patrón con una misa baturra con procesión y dedicó la tarde a una serie de características y divertidas competiciones. En la carrera de cintas, los participantes mostraron su habilidad para coger estas mientras pasaban en bicicleta sobre un tablón; en la de maletas, el reto era vestirse con la ropa de los equipajes que proporcionó la organización; y en la carrera pollera, los atletas no pugnaron solo por los primeros puestos, sino por ganar las primas que recompensaban a quien cumpliera los distintos retos planteados. La noche terminó con la actuación de la orquesta 'La jungla'.

El día 11, tras el reparto de panes benditos, tuvo lugar el concurso de disfraces infantil y, por segundo año consecutivo, se programaron toros chiqui para los pequeños, que estuvieron acompañados de carreras de sacos y fiesta de la espuma. Después tuvo lugar el concurso de postres, que luego se rifaron entre los asistentes a la cena popular con la que los vecinos despidieron sus fiestas mientras contemplaba las lágrimas de San Lorenzo de la manera más original: con una queimada en la mano.