La punta abandona la Ribera Baja anegando miles de hectáreas
Aunque aún es pronto para saber con certeza la cantidad de héctareas dañadas, se estima que, solo entre Pina y Quinto, unas 4.000 hectáreas han quedado anegadas por el Ebro, aunque a estas habría que sumar las del resto de muncipios, donde todavía no se ha realizado ninguna valoración aproximada.
La punta de la crecida ha pasado ya los términos municipales de Pina y Quinto y sigue su camino hacia Gelsa. A lo largo de la mañana dejará la comarca atravesando el término de Escatrón hacia Caspe y Mequinenza. Aunque la situación está estabilizada y se prevé una bajada de caudal, tal y como señaló ayer lunes el consejero de Presidencia, Vicente Guillén, la situación en los próximos días seguirá siendo difícil, ya que el elevado caudal durante un periodo tan largo de tiempo ha hecho que las motas se debiliten y pierdan consistencia. "Es pronto para levantar la guardia porque las motas están muy dañadas", explica el alcalde de Quinto, Jesús Morales.
Por su parte, Marisa Fanlo, alcaldesa de Pina, asegura que están "tomando nota para el plan de evacuación que están elaborando" y, sobre todo, "vigilando aún las motas clave por si acaso alguna nos da un susto".
Y es que, este tipo de crecida en 'meseta' que se está produciendo este año (de llegada más lenta, subida paulatina de las aguas, pero que se mantienen por más tiempo en niveles elevados) está complicando la actuación en algunas zonas. "Significa –apunta Morales– que estaremos con un caudal alto durante más días y eso nos preocupa porque las motas están muy blandas y estamos trabajando contrarreloj para reforzarlas".
Desde el Gobierno de Aragón decidirán hoy si se rebaja el nivel 2 de emergencia, en previsión de que el río pueda descender unos 70 centímetros en la Ribera Baja. Después, y conforme el agua vaya abandonando los campos, los agricultores podrán valorar los daños reales, aunque muchos ya hablan de "pérdida total" de las cosechas de este año.