Gafas y lentillas de doble foco: la mejor manera de frenar el crecimiento de la miopía en niños

La cantidad de niños y niñas miopes entre los 10 y los 16 años ha crecido más del doble en los últimos 60 años, un dato bastante alarmante que supone que el 20% de la población infantil en España tiene miopía. Además, los estudios advierten de que, en el año 2050, el 52% de la población mundial será miope, una subida exponencial en la que influye mucho el factor de las pantallas.
“Las causas de la aparición de la miopía en edades tempranas tienen mucho que ver, en primer lugar, con los antecedentes familiares. Si ni el padre ni la madre son miopes, la probabilidad de que el hijo lo sea es de un 15%. Si lo es uno de los dos, es del 33%, y si lo son los dos esa probabilidad aumenta hasta el 50%”, explica Rocío Marco, propietaria de la Óptica Marco de Fuentes de Ebro. Pero, además del hereditario, hay otros factores que influyen directamente en la aparición de la miopía, como no pasar suficiente tiempo en actividades al aire libre, o pasar demasiado tiempo usando la visión de cerca. “En los estilos de vida actuales pasamos demasiadas horas mirando de cerca, por ejemplo, a los móviles o a las tablets. Y en los últimos años eso se hace, además, desde edades cada vez más tempranas, algo que incrementa mucho las posibilidades de desarrollar miopía desde niños”, añade Rocío, que advierte de la importancia de prestar atención a las señales que indican que la visión del niño no es la correcta, como que se siente demasiado cerca de la tele, que se acerque mucho las pantallas a la cara, que entrecierre los ojos al mirar de lejos, que sufra dolores de cabeza… “Las revisiones optométricas anuales desde los 4 o los 5 años son fundamentales para asegurar un diagnóstico a tiempo y una correcta corrección del problema, ya que los cambios de graduación tienen diferentes grados de progresión según cada niño”, explica.
Hasta ahora, las gafas y las lentillas para la corrección de la miopía nos daban una visión clara, pero no ejercían ningún freno ni ninguna ralentización sobre el avance de la misma. Sin embargo, recientes estudios clínicos han concluido que el uso de gafas o lentillas que utilizan una técnica llamada de doble foco consigue frenar el crecimiento de la miopía hasta un 59%, frente a los niños que llevan lentillas o gafas convencionales. “Las gafas o lentillas de doble foco están indicadas solo para niños o niñas en edad de crecimiento, desde los 5 o 6 años, más o menos, hasta que termina el crecimiento en torno a los 16 o 17 años”, aclara Rocío.
Esta nueva tecnología supone una herramienta de frenado de la miopía que mejora, a su vez, la calidad de vida del niño, ya que este puede acabar su crecimiento con una miopía media (la que está por debajo de 6 dioptrías) y no con una miopía magna. “Los altos miopes tienen más probabilidades de sufrir un desprendimiento de retina o una degeneración macular. Y eso es un problema muy serio de salud ocular”, añade Rocío, que, además de las gafas y lentillas convencionales, ya ofrece en su óptica también esta nueva tecnología de doble foco, que consigue reducir la miopía con un enfoque en retina central y en retina periférica. “Los estudios en este campo empezaron hace más de 10 años, concluyendo ahora muchos de ellos y permitiendo extraer conclusiones sólidas. Por fin, los niños y adolescentes con miopía tienen la opción de usar gafas o lentillas convencionales o de doble foco. Son tratamientos que no se pueden mezclar, porque se usan diferente, pero en la óptica asesoramos cada caso concreto y explicamos las diferencias”, concluye Rocío.